Allí donde se guardan los sueños e ilusiones surge un universo mágico y lleno de vida


Bienvenidos a un mundo mágico, al universo
de QuimiChis, desde donde queremos compartir con todos vosotros las novedades, las tendencias, la actualidad y todas nuestras inquietudes, sueños y locuras.

QuimiBesos

http://www.quimichis.com/

martes, 27 de marzo de 2012

Leyenda del opalo maldito




En esta ocasión os traemos otra leyenda sobre misterios en las joyas a través del tiempo. Se trata de un ópalo que guardaba una maldición y que afectó a la Corona Española.. espero que os guste...
Quimibesos!

La mala fama del ópalo se acrecentó al ser relacionado con una serie de misteriosas muertes acaecidas en el seno de la monarquía española. La leyenda dice que el rey Alfonso XII se enamoró perdidamente de la bellísima aristócrata italiana Virginia Doini, condesa de Castiglione, y que su amor fue correspondido, aunque en el último momento decidió casarse con su prima, María Mercedes de Orleans. La despechada condesa envió a la pareja un regalo de bodas consistente en un magnífico ópalo engarzado en un enorme anillo del oro más puro. La novia se mostró fascinada con la joya y logró convencer al incauto soberano para que se la pusiera en su dedo. Murió a causa de un misterioso mal el 26 de junio de 1878, tan solo cinco meses después de la boda. Tras el funeral, Alfonso le regaló el anillo a su abuela, la reina María Cristina de Borbón-Nápoles, que murió poco después, el 22 de agosto. A continuación el anillo pasó a la hermana de Alfonso, la infanta María del Pilar, que falleció el 5 de agosto del año siguiente, aparentemente víctima de la misteriosa enfermedad que se había cobrado la vida de las otras dos mujeres. Lo mismo le ocurrió a la cuñada del rey, María Cristina, que se encaprichó del ópalo maldito y que, al parecer, no era nada supersticiosa. Sintiéndose culpable y, tal vez, buscando en su sacrificio la manera de redimirse, el rey decidió lucir él mismo el anillo. Murió a la temprana edad de 28 años, después de lo cual su viuda, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, hizo bendecirlo, engarzarlo en una cadena de oro y que se adornara con él el cuello de la imagen de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, lo que puso fin a la secuencia de muertes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario